Profamilia reveló un
estudio que evidenció los graves efectos que el virus del zika ha tenido en la
salud sexual y reproductiva de las mujeres en Colombia, ante la falta de
acciones para disminuir la afectación por esta epidemia que se registró en las
regiones con donde hay temperaturas elevadas.
El estudio se llevó a
cabo a partir de entrevistas y grupos focales, como mujeres gestantes
diagnosticadas e informantes claves en comunidades de Bogotá, Barranquilla,
Soledad, Cúcuta, Los Patios y San Andrés.
Según Luz Janeth
Forero Martínez, gerente de Proyectos e Investigaciones de Profamilia, la
evaluación evidenció la necesidad de estar preparados para enfrentar esta serie
de virus que llegan al país y que afectan la salud de forma diferenciada en
hombres y mujeres.
“Es una investigación
de carácter cualitativo a los actores del sistema de salud como las secretarias
de los municipios más afectados por el zika en Colombia, donde las mujeres
fueron las principales víctimas y los actores sociales, miramos como la
política se incorporó y aplicó para poder afrontar la epidemia”, subrayó.
Agregó que enfrentar
infecciones transmitidas por vectores, como el Zika requiere que las acciones
trasciendan las clásicas intervenciones de salud pública como: manejo de aguas,
control del virus y protección de la picadura, para incorporar acciones
enmarcadas en garantizar los Derechos Sexuales y Reproductivos.
“Cómo no se
comprendió desde los primeros momentos de la epidemia que el zika era un problema
de género y mucho menos de salud sexual y reproductiva; todo el abordaje se
centró en el vector y cómo radicábamos el mosquito, pero las acciones de la
prevención de la maternidad en tiempos de zika no fueron las suficientes”,
indicó.
La investigadora
agregó que “entender el Zika como una enfermedad de trasmisión sexual fue un
poco más tardío, lo que generó una influencia en la ocurrencia de los efectos
sobre las gestaciones”.
Aseguró que en
algunos casos se reconoció de manera tardía ese impacto y las mujeres,sobre
todo, siguieron presentando las barreras a la anticoncepción y a la
interrupción temprana del embarazo en los casos que aplicaba la ley.
“Mientras que, entre
los obstáculos y brechas que afectaron la gestión integrada de apoyo al Plan de
Respuesta de Zika, se encontraron la ausencia de acciones con enfoque en salud
sexual y salud reproductiva, la limitada articulación intersectorial y las actitudes,
comportamientos y conocimientos a nivel comunitario”, dijo.
Martínez fue enfática
en señalar que “el zika es una infección de trasmisión sexual en el sentido que
se puede trasmitir a través del semen, por eso era tan importante que en ese
tiempo de la epidemia se usaran métodos de barreras, como los preservativos
para evitar la concepción”.
La representante de
Profamilia dijo que “los análisis permitieron establecer que el país dio la
alerta y se habló en principio de diferir la maternidad; pero faltó empoderar
mucho más a la comunidad de lo que es la anticoncepción, prevenir la gestación
en los tiempos del zika y eso se hace desde la doble protección de las mujeres
con métodos de anticonceptivos y los hombres con el uso del preservativo”.
La especialista
subrayó que el zika tiene varias formas de trasmisión; una de ellas es a través
de la picadura del mosquito 'Aedes aegypti', pero después de que se tenga el
virus se puede trasmitir a otra persona a través de vía sexual.
La gerente de
Proyectos e Investigaciones Profamilia ratificó que esta investigación muestra
que debemos estar preparados para futuras epidemias, teniendo un abordaje
intersectorial y ver el problema de manera global y no sectorizado.
La investigación
permitió establecer también que es clave comprender que la vulnerabilidad de
las mujeres y hombres al impacto de eventos climáticos y epidémicos, está
determinada no solo por la biología, sino por las diferencias en sus roles y
responsabilidades sociales, las cuales a menudo exponen a las niñas y mujeres a
cargas adicionales.
En Colombia, durante
2015-2016, las enfermedades transmitidas por vectores como la malaria, el
dengue, el chikunguña o el zika, afectaron a más mujeres que hombres.
La investigación
aporta recomendaciones en materia de política pública: en primer lugar se debe
continuar fortaleciendo la articulación entre actores y promover la
coordinación intersectorial con objetivos compartidos. Especialmente abordando
las implicaciones del género, los servicios de salud sexual y reproductiva y
las acciones para mitigar los efectos de situaciones medioambientales en la
salud de las mujeres y las niñas.
También se debe
alinear el plan de respuesta del zika con los lineamientos de la Política
Nacional de Salud Sexual y Sexualidad, el Plan decenal de Salud Pública y las
metas de desarrollo sostenible relacionadas con la salud sexual y reproductiva
de las mujeres y las niñas.
Adicionalmente, es necesario aumentar el
financiamiento para fortalecer las capacidades de los prestadores de servicios
de salud e invertir más en investigaciones.
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