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martes, 11 de junio de 2019

ROSQUILLAS CALEÑAS: LA HISTORIA FAMILIAR DETRÁS DE UNA EMPRESA ORGULLO DEL VALLE


Giancarlo Manzano / El País


En el centro de Cali, en plena zona de renovación urbana, todavía se producen las tradicionales rosquillas caleñas. Este producto, que se vende en el Suroccidente del país y se exporta a algunas ciudades de Estados Unidos y otras en Europa, nació en la esquina de la Carrera 14 con Calle 13, en una panadería que para los años 70 fue muy famosa en la ciudad.

Hernando Rojas y Stella Hurtado (Q.E.P.D), fundadores de Rosquillas Caleñas, sabían del negocio de la panadería y en su propósito de emprender iniciaron su propio proyecto.

Fernando Rojas, actual gerente de Rosquillas Caleñas, recuerda que sus padres, pese a haber recibido poca educación, siempre han sido creativos, innovadores e independientes, por lo que le apostaron a este negocio.

Stella Hurtado Hernando Rojas Rosquillas Caleñas
Doña Stella Hurtado y su esposo Hernando Rojas en uno de los puntos de venta caliente de Rosquillas Caleñas.

 “Mi padre leía muchos libros de superación personal y siempre quiso ser independiente, por eso comenzó a pensar en desarrollar un producto diferente, a partir del pandebono y del pandeyuca que eran los alimentos típicos de la región”.

Fue en ese momento que empezaron a probar mezclas hasta desarrollar lo que hoy conocemos como rosquillas, un alimento que se hace con queso costeño y almidón de yuca.

Para los años 70, recuerda Fernando Rojas, su madre elaboraba las rosquillas y su padre las vendía en eventos públicos, especialmente deportivos.

Algunos caleños recuerdan que el producto solo se conseguía en esa panadería del centro de la ciudad, por lo que era usual hacer una parada en ese lugar. .

“Llegaron los Juegos Panamericanos y les fue muy bien, tanto que empezaron a expandirse. En los ochenta, gracias a don Jaime Cardona, el producto se comenzó a vender en los almacenes La 14”, aseguró Fernando Rojas, quien recuerda que la historia de la empresa está llena de altibajos, de buenas épocas y otras no tanto, pero sobre todo está marcada por el trabajo duro de sus padres.

Los hijos de los fundadores de Rosquillas Caleñas, Hernando Rojas (Izq.) y Max Fernando Rojas lideran actualmente la empresa, junto con sus otras dos hermanas.
  
Rosquillas Caleñas es una empresa familiar a la que hoy está llegando la tercera generación para enfrentar los nuevos retos de la compañía.

Rosquillas Caleñas cuenta hoy con 150 empleados, de ellos unos 70 trabajan en la planta, elaborando rosquillas, pero también otros snacks como extruidos (chitos), trocillos, besitos, chicharrones y hasta galletas. Laboran en dos turnos, pero por épocas lo han hecho hasta en tres.

Los productos de esta empresa se consiguen en los supermercados del Cauca, Valle y Eje Cafetero. Fueron maquiladores de Bimbo y ahora proveen a las tiendas D1.

La compañía, que tiene 60 años de creada, sigue a cargo de la familia y doña Stella Hurtado, quien falleció hace unos días, no dejó nunca de estar pendiente del negocio. “Todos los días ella llegaba a la planta a las 7 de la mañana y se iba al mediodía. Igualmente mi padre siempre está pensando en nuevos productos, en empaques, en cómo diversificar, tiene mucha ideas para seguir avanzando en el negocio”, cuentan sus hijos.

Por ejemplo, ahora están buscando elaborar rosquillas con quinua, un cereal que  proporciona vitaminas esenciales y regula el sistema digestivo, por lo que está siendo usado en la preparación de muchos alimentos.

Rosquillas Caleñas es una empresa familiar a la que hoy está llegando la tercera generación para enfrentar los nuevos retos de la compañía.

La meta de la organización es seguir creciendo, pues en los últimos 15 años han tenido una expansión constante de entre 5 % y 10 % anual, según cálculos de la familia. También buscan consolidar los mercados regionales y externos, las rosquillas llegan a mercados latinos de Estados Unidos, pero también se venden en España y otros destinos europeos.

Esto gracias al cambio tecnológico, la empresa pasó del horno de ladrillo a los giratorios y rotatorios que permiten que cada 12 minutos se produzcan 70 latas de rosquillas. Ahora están pensando en trasladarse del centro a una zona industrial de la región. Allí tendrían hornos de túneles con los que se podría tener una mayor capacidad. Hoy logran 15 toneladas de productos al mes.

Además, cuentan con 9 puntos de venta Calientes, que están ubicados en centros comerciales y en el próximo mes abrirán dos más en Tuluá y Palmira.

Rosquillas Caleñas compite en el mercado de snacks con multinacionales como Fritolay, Bimbo y Nutresa con productos sustitutos, es decir, chitos, crispetas, trocillos, entre oros.

El secreto de la rosquilla, aseguró Fernando Rojas, es que la empresa trabaja con quesos artesanales y proveedores que han mantenido a lo largo de su historia, mientras las grandes organizaciones usan productos industriales. “Seguimos con mucho optimismo y con ganas de crecer y seguir generando empleo. Pero todas estas ideas que conforman hoy la empresa salieron de nuestros padres”, destacó el directivo.

Según cálculos de la Cámara de Comercio de Cali, el Valle del Cauca fue el principal exportador de macrosnacks en 2018 con US$192,7 millones.

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