Prohibir y eliminar
el castigo corporal y humillante sobre cada niño y niña es fundamentalmente una
cuestión de derechos humanos, es una deuda que Colombia tiene que saldar con
casi 16 millones de personas, para las cuales justifica y protege acciones que
van en contra de su dignidad humana y de su integridad física y psicológica.
Según una investigación de la ONG 'Save the Children', los pellizcos, palmadas, correa, coscorrones, chanclas, varitas, gritos, insultos, encerramientos, limitación a acceder a sus derechos (no cenar, no jugar, no participar) se han visto y aprobado culturalmente como formas de control y de “educación” para que los niños y niñas actúen, hablen, piensen y se comporten como los adultos que deseamos.
Según una investigación de la ONG 'Save the Children', los pellizcos, palmadas, correa, coscorrones, chanclas, varitas, gritos, insultos, encerramientos, limitación a acceder a sus derechos (no cenar, no jugar, no participar) se han visto y aprobado culturalmente como formas de control y de “educación” para que los niños y niñas actúen, hablen, piensen y se comporten como los adultos que deseamos.
Actualmente solo 46
países han prohibido por ley el castigo físico contra la infancia en todos los
entornos. Eso significa que la gran mayoría de los niños y las niñas en todo el
mundo se enfrentan a esta forma de violencia, social y legalmente aceptada, que
vulnera sus derechos fundamentales a la integridad física y la dignidad humana.
El único reporte que
en Colombia da algún indicio sobre cómo son castigados los niños y la niñas, lo
trae la Encuesta Nacional de demografía y Salud, que tiene versiones cada
quinquenio, y que se resume en seguida.
“A la pregunta, de
quién castiga a los hijos e hijas en el hogar, el 84.5% de las mujeres
manifestó que es la madre quien lo hace, el 47.9% que es el padre, y el 2.3%
que el castigo lo imparte otra persona. Por su parte, el 75.6% de los hombres
manifestó que es la madre, el 67.2% que es el padre, y el 1 por ciento que es
otra persona quien castiga", dijo María Paula Martínez, directora de Save
The Children, Colombia.
Llama la atención que
solo el 10.9% de las mujeres y el 14.9% de los hombres manifestaron que en su
hogar nadie castiga.
El cuidado y atención
de niños y niñas recae principalmente en las mujeres, lo cual explica que en lo
referente al castigo, el 26.2% de las mujeres y el 15.8% de los hombres
manifestaron que castigan o han castigado a sus hijos e hijas con golpes con
objetos; el 14.7% de las mujeres y el 7.3% de los hombres lo hacen con
palmadas.
En porcentajes
similares, el 0.6% de las mujeres y el 0.4% de los hombres les castigan con
empujones.
Frente a otras formas
de castigo no físico contra sus hijos e hijas, el 54.6% de las mujeres y el
34.8% de los hombres les castigan prohibiéndoles algo que les gusta; y el 48.6%
y el 38% de las mujeres y de los hombres, respectivamente, con reprimenda
verbal.
En proporciones
significativamente menores, el 1.5% de las mujeres y el 0.5% de los hombres lo
hacen ignorándoles. El 0.9% de las mujeres y el 0.7% de los hombres les
castigan con el encierro, el 0.9% de las mujeres y el 0.5% de los hombres con
otras privaciones, el 0.3% de las mujeres y el 0.2% de los hombres quitándoles
el apoyo económico y el 0.2% de las mujeres y el 0.1% de los hombres
poniéndoles trabajo no adecuado. El 3.2% de las mujeres y el 1.8% de los
hombres utilizan otras formas de castigo.
Son pocos los datos
que se tiene sobre la verdadera violencia en contra de la niñez. Incluso el
INMLCF reflexiona sobre la necesidad de tener sistema de vigilancia
epidemiológica y de monitoreo unificado, que entregue información más detallada
que permita tener, desde el verdadero número, hasta los detalles de cada caso,
lo cual facilitaría la toma de decisiones y la adopción de políticas públicas
en torno a estos fenómenos, en todo caso, prevenibles.
"Una prohibición
legal del castigo corporal no es una cruzada contra los padres: es el impulso
definitivo que la sociedad tiene que empezar a recurrir a formas no violentas y
más eficientes de disciplina, La existencia de una defensa legal para los
padres que "razonablemente castigan a sus hijos efectivamente impide la
evolución hacia una sociedad más respetuosa de los derechos de los niños y el
potencial de los padres para mejorar sus habilidades parentales",
explicó Maud de Boer-Buquicchio,
Secretaria General Adjunta del Consejo de Europa.
Por ello, el mundo
entero se está movilizando hacia la abolición de toda forma de castigo corporal
y humillante en contra de los niños y de las niñas. En 2001 se lanza en Ginebra
la iniciativa global para erradicar todo tipo de castigo corporal de niños,
niñas y adolescentes, con el objetivo de actuar como catalizador para fomentar
más acción y avances hacia la erradicación de todo tipo de castigo en todos los
continentes, animar y acompañar a los gobiernos y otras organizaciones en sus
iniciativas, apoyar campañas nacionales, entre otros.
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