El espectador.
Desde hace 28 años,
cientos de mujeres en todo el mundo celebran hoy el Día por la Despenalización
y Legalización del Aborto. La iniciativa de conmemorar una jornada para exigir
a sus gobiernos que se despenalice el aborto y se facilite el acceso a la
interrupción voluntaria del embarazo, tiene este año una especial importancia
en Colombia. Si bien hace 12 años se despenalizó el aborto en tres causales,
hoy se discute en la Corte Constitucional la posibilidad de limitar el derecho
de las mujeres a practicarse una interrupción voluntaria del embarazo solamente
antes de la semana 22 de gestación.
El Espectador habló
con la doctora María José Usach, coordinadora médica de la misión de Médicos
Sin Fronteras en Colombia. Su experiencia, de más de 19 años en el campo
humanitario y diez en el país, resulta crucial para entender de primera mano
cuál es la situación actual del derecho de las mujeres colombianas a
interrumpir sus embarazos y por qué sería tan problemático que la Corte
impusiera más barreras para acceder a estos servicios de las que ya existen,
especialmente en zonas como Tumaco y Buenaventura, territorios en donde Médicos
Sin Fronteras ha desplegado su trabajo.
¿EN QUÉ ZONAS DEL
PAÍS TRABAJA MÉDICOS SIN FRONTERAS EN TEMAS DE ABORTO?
Trabajamos en
Buenaventura y Tumaco. Ahí es donde hemos visto las barreras que solemos
documentar. Algunas son sistemáticas, como el desconocimiento de la sentencia
de hace 12 años con la que se despenalizó el aborto. Seguimos encontrando que
hay personas que no saben cuáles son las tres causales mediante las cuales se
puede realizar una interrupción voluntaria del embarazo. Y cuando se dan cuenta
de ello, se sorprenden de que son ellos los que deben practicar los abortos.
¿CUÁLES SON LOS
PRINCIPALES PROBLEMAS QUE ENFRENTAN LAS MUJERES PARA ACCEDER AL DERECHO DE
INTERRUMPIR VOLUNTARIAMENTE SUS EMBARAZOS?
Hay mucho
desconocimiento de los profesionales. Esta sería una primera barrera que
encuentran las mujeres. Otra que es sistemática es la objeción de conciencia.
Ya sabemos que, por ley, los médicos pueden objetar conciencia, pues son ellos
los que realmente hacen las intervenciones. Pero es algo que ya se generalizó y
que incluso utiliza el personal administrativo, enfermeras o farmacéuticas, o
la misma institución prestadora de servicios de salud. Esto no puede suceder.
¿HAY OTRAS BARRERAS?
Sí. Muchas mujeres
nos cuentan que cuando llegan a los centros de salud, quienes las atienden las
tratan de convencer de no abortar y les dicen que tienen otras opciones. El
asesoramiento que se tiene que dar en este tipo de casos debe ser neutral y
objetivo, para que la mujer sea quien tome la decisión. También nos han contado
que cuando niñas menores de edad piden que se les interrumpa su embarazo, el
personal de salud les exige la autorización de los papás, cuando la ley dice
que no se necesita ese aval. Y tenemos situaciones en las que las instituciones
objetan conciencia, y lo grave allí es que, en estas zonas de Colombia, esta
puede ser la única entidad del territorio que presta servicios de salud.
¿POR QUÉ TRABAJAN EN
TUMACO Y BUENAVENTURA?
Porque son dos sitios
históricos para nosotros. Llevamos muchos años en la zona y la elegimos porque
son territorios sistemáticamente olvidados por las instituciones y en donde las
interrupciones voluntarias del embarazo no se están realizando. Lo que nos
encontramos es que ahora, con nuestro trabajo y sensibilización, parece que
algunas instituciones ya están prestando los servicios. En estas zonas tenemos
dos proyectos regulares: uno de salud mental, que es el principal. Allí nos
enfocamos en la parte asistencial y consultas de psicología. Y el segundo es el
de violencia sexual, en donde, inevitablemente, hemos tenido que trabajar el
componente de salud sexual y reproductiva, enfocada en la interrupción
voluntaria del embarazo.
Y SI UNA MUJER EN
OTRA ZONA DEL PAÍS REQUIERE DE SU ATENCIÓN, ¿PUEDE ACCEDER A USTEDES?
También hacemos estos
procedimientos con un equipo móvil, pero solo es para emergencias. Ahora
estamos presentes en Norte de Santander, por el tema de la migración. Lo que es
más complicado en estos casos es que no podemos realizar las interrupciones en zonas
en donde no podemos garantizar una remisión, en caso de presentar
complicaciones. Hagamos lo que hagamos con la población, vamos a mantener el
eje de violencia sexual y atender las interrupciones voluntarias de embarazos.
¿CUÁNTOS MÉDICOS SE
ENCARGAN DE ESTOS PROCEDIMIENTOS?
En Buenaventura hay
dos médicos en atención directa y tenemos a otra doctora repatriada, pero no
puede practicar todavía. En Tumaco teníamos dos hasta hace poquito, pero ahora
solo hay uno en atención directa. En el equipo móvil tenemos a otra médica.
EN RELACIÓN CON OTROS
PAÍSES, ¿CÓMO VE A COLOMBIA CON RESPECTO AL DERECHO A INTERRUMPIR
VOLUNTARIAMENTE UN EMBARAZO?
Yo la veo muy bien.
La apertura de la legislación hace 12 años ha hecho que se avance mucho en el
tema. Lo que pasa es que justamente en los lugares en los que trabajamos, donde
está la población más vulnerable, es en donde es más es difícil acceder a estos
servicios. Casi todo está centralizado en las grandes ciudades, y en donde la
gente tiene menos recursos, información y acceso a servicios de salud es donde
hay más barreras.
En estos momentos, la
Corte Constitucional libra una discusión trascendental para los derechos de las
mujeres en el país. Allí se discute si se debe limitar la interrupción
voluntaria del embarazo a las 22 semanas.
¿CUÁL ES SU OPINIÓN
AL RESPECTO?
Si se limita más el
aborto, se van a aumentar las barreras. Esto lo que hace es que obliga a que
una mujer que está desesperada por terminar su embarazo busque alternativas que
no son seguras, como abortos ilegales. Nosotros trabajamos a diario para
prevenir precisamente esto. Tememos que si se limita más el aborto va a
aumentar la morbilidad de las mujeres.
Usted que está a
diario enfrentando la realidad de la aplicación de la sentencia de la Corte,
¿QUÉ LES DIRÍA A LOS
MAGISTRADOS QUE HOY QUIEREN LIMITAR LA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO A
LA SEMANA 22?
Que haya más barreras
va a dificultar la interrupción voluntaria legal y segura. Lo que queremos es evitar
muertes maternas por abortos inseguros.
¿Y QUÉ LE PODRÍA
RECOMENDAR A LAS DEMÁS AUTORIDADES COLOMBIANAS?
La formación es lo
primero. Que todas las personas que deben prestar estos servicios sepan lo que
están haciendo. Y este aspecto no puede quedarse en una presentación de Power
Point y ya. Nadie nace enseñado y por eso debe ir más allá. Por ejemplo, en el
acompañamiento de los médicos. También necesitamos mucha sensibilización y
enseñanza de los valores frente al tema. Esto es lo más complicado, pero al
final es crucial. Cuando se entiende que negar un servicio a una mujer que está
desesperada con un embarazo no deseado puede llevar a un aborto inseguro, con
todas sus complicaciones; ahí puede existir un cambio grande.
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