El pasado viernes 25
de enero se llevó a cabo en la ciudad de Cali, la denominada marcha de “Lxs
indignadxs”, iniciativa liderada por activistas transgénero y organizaciones
sociales de distintos municipios del Valle de Cauca, denunciando el alarmante
aumento de transfeminicidios en este departamento, exigiendo justicia paras las
víctimas de estos crímenes y protección por parte del estado para las personas
amenazadas.
Cuando me enteré de
la movilización me dispuse contactar a varias lideresas trans de este departamento,
entre ellas Twiggy Escobar y Alejandra Llano, para que me contextualizaran
sobre lo que estaba sucediendo. Lo que me contaron me dejó bastante preocupada:
del año 2005 al 2018 la cifra de transfeminicidios aumentó en un 275%.
Según el informe “Memorias
travestis” publicado en noviembre del año pasado por Santamaría Fundación, para
el año 2005 hubo 4 muertes violentas de mujeres transgénero en el Valle del
Cauca; el promedio hasta el 2017 fue de 9 casos por año, para 2018 esta cifra
aumentó a 15 y en lo que va corrido del año ya van 5 casos denunciados. Lo más
triste de estas cifras es que de los 87 casos registrados entre 2005 y 2017, 80
siguen en la impunidad.
La alta impunidad en
este tipo de casos muchas veces obedece a que ni el estado, ni la sociedad
reconoce estos crímenes como transfeminicidios. A las mujeres trans nos matan
por ser mujeres, por ser transgénero y en muchas ocasiones por tener un pene.
Esta sociedad aun no comprende que la mujeres con pene, existimos y somos igual
de valiosas que el resto de las personas y al final, casos como estos erminan
siendo leídos como crímenes pasionales o vinculados a hechos delincuenciales
para restarles importancia.
Las lideresas y
organizaciones sociales del Valle del Cauca y de todo el país le exigimos al
estado que haga las investigaciones pertinentes de los casos que siguen en la
impunidad, que nos garanticen el derecho a la vida y a la seguridad a las
personas transgénero y que se cree una ruta de atención para las compañeras que
se encuentran amenazadas actualmente. También esperamos apoyo y acompañamiento
por parte de los distintos movimientos sociales porque no es posible que les
sigan arrebatando a las personas algo tan valioso como la vida, por el simple
hecho de ser.
Las muertes de las personas
trans también son importantes, más aún cuando son crímenes impulsados por el
odio, la discriminación y la segregación social histórica hacia nuestras
identidades. Nuestra visibilidad nos hace más vulnerables y merecemos mayor
protección.
Como decimos en la
Red Comunitaria Trans “podrán cortar todas las flores, pero nunca podrán acabar
con la primavera”. La lucha por el reconocimiento, la validación y la
protección de nuestras identidades de género está más viva que nunca.
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