Un discurso alejado
de odios y confrontaciones, con una actitud siempre de respeto hacia sus
oponentes y con un mensaje de esperanza hacia los sectores menos favorecidos,
son las razones que destacan analistas y politólogos por las cuales Iván Duque
Márquez fue elegido presidente de Colombia.
Pese a su juventud y
la poca experiencia en la plaza pública, el candidato del Centro Democrático
demostró una enorme madurez para defender sus propuestas, para hacerles frente
a los señalamientos de sus adversarios y dio una imagen de serenidad cuando
intentaron con ataques sacarlo de casillas, resaltan los especialistas en el
tema político.
Para el exfiscal
general Alfonso Valdivieso fue fundamental que en la última parte de su campaña
le diera la tranquilidad a los colombianos de que va a gobernar de acuerdo a
sus compromisos y no tratando de cobrar cuentas ni de polarizar más el país.
“Creo que incidieron
mucha esas expresiones que hizo de buscar la armonía entre los colombianos; de respetar
las grandes realizaciones que él encuentra en una Colombia que ha progresado y,
tercero, por el compromiso que ha mostrado con los sectores menos favorecidos”,
explicó Valdivieso.
Fernando Giraldo,
analista y politólogo, aseguró por su parte que una de las claves del éxito de
Iván Duque es que logró calar su mensaje y que los cinco millones de votos de
Sergio Fajardo se distribuyeran casi equitativamente entre él y Gustavo Petro.
“También recibió gran
parte del respaldo del establecimiento, de los partidos, los gremios, sectores
empresariales y económicos, medios e instituciones que se sentían más confiadas
con Duque que con el cambio de modelo que proponía Gustavo Petro, y al que más
de la mitad de los colombianos le tenía muchísimo miedo”, aseguró Fernando
Giraldo.
Iván Duque Márquez no
solamente se convirtió ayer en el segundo presidente más joven en la historia
reciente de Colombia sino el más votado, con 10.373.080 votos.
Por más que los
sectores de oposición intentaron matricularlo como alumno de la política
clientelar y de las maquinarias tradicionales, pesó más su juventud y carisma
entre sectores que vieron en él una nueva figura y una renovación en la
política.
“Hubo muchas
contradicciones de sus opositores a la hora de atacarlo. El discurso en su
contra era que no tenía experiencia y que nunca había administrado nada. Si no
había administrado recursos públicos, ¿entonces como acusarlo de corrupción?
Pero Duque tiene a su favor una amplia trayectoria en organismos
internacionales que lo ubican como un buen estadista y economista”, indicó el
analista Diego Javier Sánchez.
A su turno Jorge Luis
Yarce Tamayo, docente de la Universidad Central y candidato a magíster en
estudios políticos, indicó que las noticias falsas promovidas por algunos
sectores que seguían a Gustavo Petro terminaron también favoreciendo a Duque
porque mucha gente no vio con buenos ojos ese afán de afectarlo.
“Además en el último
trayecto de la campaña, Duque dio tres puntadas muy bien dadas, fortaleciendo
esos aspectos en lo que más lo atacaban: se fue a una reserva natural en la
selva colombiana a decir que vamos a trabajar en favor del medio ambiente y de
la defensa de nuestra biodiversidad; luego, en otro viaje, reforzó el tema de
que no era enemigo de la paz y que no haría trizas el acuerdo y terminó en
Chiquinquirá pidiéndole a la Virgen que lo guiara; entonces amarró todos los
componentes de su estructura política e ideológica”, dijo Yarce Tamayo.
También como una
buena jugada política, calificó Diego Javier Sánchez, el hecho de que sus
asesores de campaña le aconsejaran no asistir a más debates presidenciales.
“Si alguien tenía la
urgencia de que lo escucharan antes de la elección en segunda vuelta era
Gustavo Petro. Ya los colombianos tenían muy claro lo que Duque representaba y
era Petro quien necesita que el país le escuchara el cambio o las correcciones
que le había hecho a su discurso para tratar de ganar la voluntad de los
indecisos y de quienes pretendían votar en blanco”, indicó Sánchez.
Son esas las razones por
las que en segunda vuelta Iván Duque le ganó a Petro en el departamento de
Córdoba, donde había perdido el Centro Democrático en primera vuelta, redujo la
ventaja en votos en sitios donde el candidato de Colombia Humana era fuerte y
se fortaleció en regiones azotadas por la violencia como Tolima, Meta, Huila,
Guaviare y Caquetá.
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