Tratamientos de
rejuvenecimiento en clínicas suizas, una mansión frente al mar en Acapulco con
un yate llamado "Chapito" en la puerta, ranchos por doquier, cuatro
jets, un puñado de mujeres y un zoológico privado con leones: en los años '90,
el Chapo Guzmán era el rey de México.
Antes de su primer
arresto en Guatemala en 1993, el exjefe del cartel de Sinaloa Joaquín
"Chapo" Guzmán era un hombre que disfrutaba al máximo de la fortuna
que amasaba traficando toneladas de droga a Estados Unidos, aunque también
gastaba millones para protegerse de las autoridades, de sus enemigos y hasta
para grabar las conversaciones telefónicas de sus muchas novias.
Así lo relató este
martes durante su juicio en Nueva York uno de sus más cercanos colaboradores en
esa época, Miguel Angel "el Gordo" Martínez, expiloto y gerente del
Chapo en Ciudad de México, que hoy integra el programa de protección de
testigos de Estados Unidos y colabora con la fiscalía.
El Chapo, de 61 años,
con todo su cabello y sin una sola cana, viajó asimismo a Suiza, "a una
clínica donde te ponen células para que te mantengas joven", dijo
Martínez.
Y tenía un zoológico
en su casa con piscinas y canchas de tenis de Guadalajara "con tigres,
leones, panteras, venados". Se recorría en un trencito.
Pero gastaba entre 10
y 12 millones por mes en sobornos para la policía, en sistemas de comunicación
hipersofisticados y hasta en pagos a "sus cuatro o cinco señoras",
contó el testigo.
También hacía muchos
regalos: a Martínez, que en total calculó que ganó tres millones de dólares en
varios años de trabajo con el Chapo, le compró un Rolex con diamantes.
Y una vez, le pidió
al testigo que comprara más de 50 automóviles Buick, Cougar y Thunderbird -a un
valor de unos 35.000 dólares cada uno-
para regalar a sus trabajadores en una Navidad.
El dinero del Chapo
que sobraba era guardado en compartimentos secretos diseñados por su
arquitecto, en casas que compraba por todo México para guardar hasta 20
millones de dólares en efectivo.
Martínez también
llevaba millones en valijas Samsonite a los bancos de Ciudad de México y
cambiaba los dólares a pesos mexicanos sin problemas porque el Chapo sobornaba
a los empleados bancarios, afirmó. Cuando le preguntaban si estaba lavando
dinero, respondía que exportaba tomates.
El acusado, de traje
y corbata, escuchó serio al testigo en este segundo día de su testimonio sin
quitarle ojos de encima.
Martínez habló
también de su adicción a la cocaína, de la cual llegó a consumir hasta 4 gramos
por día. "Se me perforó el tabique y me pusieron un cartílago" en
1991 o 1992, reveló. Pero asegura que la última vez que esnifó fue hace 20
años.
La esposa del Chapo,
Emma Coronel, una exreina de belleza de 29 años que es la madre de sus pequeñas
hijas mellizas, escuchó a veces con la cabeza baja. Su uso de un teléfono
celular prestado por un abogado en la corte, algo prohibida, causó esta semana
un revuelo en la corte.
En el mediático
juicio contra Joaquín 'El Chapo' Guzmán el abogado Jeffrey Lichtman le aseguró
al jurado que el verdadero jefe del cartel de Sinaloa es su co-acusado Ismael
"Mayo" Zambada y también realizó fuertes acusaciones contra el
presidente Enrique Peña Nieto y el expresidente Felipe Calderón.
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