Al elevar la mirada
desde cualquier punto de la ciudad es casi imposible no encontrarse con el
mítico cerro de Monserrate que se encuentra a 3.152 metros a nivel del mar.
Monserrate, ese
imponente lugar que es un constante vigilante de Bogotá, se ha convertido en el
símbolo por excelencia de la capital de los colombianos.
En su cima, el cerro
tiene albergado el santuario del señor Caído de Monserrate, lugar de
peregrinación de nacionales y extranjeros, que tiene en sí una hermosa
vegetación que es parte fundamental para el medio ambiente de la ciudad.
Desde el cerro de
Monserrate se aprecia todo el paisaje de la sabana bogotana, un lugar que
escogió Gonzalo Jiménez de Quesada para fundar a Santa Fe y que fue elegido por
los dos enormes cerros que circundaban la llanura.
La vista que desde
Monserrate se tiene de Bogotá, la fe que evocan su santuario y cada piedra que
fue puesta en el lugar con dicho propósito siguen siendo un motivo para visitar
este centro turístico de la ciudad.
Ad portas de la
Navidad y Fin de Año, Monserrate se prepara para recibir a miles de visitantes
que disfrutarán del alumbrado del tradicional cerro capitalino.
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