El 2 de noviembre de
2017 se volvían a tener noticias de Rafael Uribe Noguera, el asesino de la niña
Yuliana Samboni. No tanto por su estadía en prisión sino porque la Fiscalía
General de la Nación pedía aumentarle la pena. Ese día, el Tribunal Superior de
Bogotá aumentó la pena inicial de 51 años y 10 meses de prisión proferida en
contra de Rafael Uribe Noguera y determinó una sentencia de 58 años de cárcel.
La decisión de
aumentar la pena a Uribe Noguera por el homicidio y abuso sexual de la menor
Yuliana Samboni, de 7 años de edad, el 4 de diciembre de 2016, fue proferida
por el Tribunal al acoger los argumentos de la Fiscalía con respecto a que en
la primera instancia no se tuvieron en cuenta los agravantes en los delitos de
acceso carnal violento y secuestro simple. Durante la lectura de la providencia
el magistrado ponente señaló que: “Hay que sancionar con todo el rigor de la
ley al victimario”. Al tiempo indicó que en la decisión de primera instancia no
se hizo el cálculo correcto de cada una de las conductas imputadas de la
Fiscalía.
Desde entonces, el
detenido permanece 23 de las 24 horas del día en su celda de la cárcel de
Valledupar, conocida popularmente como la Tramacúa. El hijo de una reconocida
familia bogotana, violador y asesino de la menor de origen indígena, está
recluido junto a los peores criminales de Colombia. "En la hora diaria de
sol al que tiene derecho, Rafael Uribe Noguera sale al patio y juega fútbol con
sus compañeros. Ya no tiene la depresión encima. Lo metieron en el pabellón del
horror, una edificación de hormigón en donde tiene de vecinos a Manuel Octavio
Bermúdez, el monstruo de los cañaduzales un vendedor de helados de Valledupar
que mató a 150 niños; Javier Velasco, el asesino de Rosa Elvira Cely, y Luis
Alfredo Garavito. La celda tiene cama de concreto, de un metro con veinte y uno
noventa de alto", informó Las 2 Orillas.
De acuerdo con el
citado sitio, Rafael Uribe Noguera ha encontrado protección en Alejandro
Sandoval Argüello. Se trata de un sujeto, conocido con el alias de Candado, que
el 17 de octubre de 2014 fue condenado a 22 años de prisión por los delitos de
homicidio agravado, lesiones personales, concierto para delinquir agravado y
porte ilegal de armas de uso personal agravado. Según la Fiscalía, Argüello es
un paramilitar fundador de las Autodefensas Norte Santandereanas Nueva
Generación, reducto del Clan Úsuga y Los Rastrojos, cuya zona de injerencia era
el municipio de Villa del Rosario, en el mismo departamento, organización a la
cual se le atribuyen homicidios y extorsiones, entre otros hechos
delincuenciales.
Al parecer, también
conversa con John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, el sicario de Pablo
Escobar quien le suministra papeles y lápices. El arquitecto Rafael Uribe
Noguera pasa sus días haciendo figuras de origami mientras corre el tiempo.
Noguera fue detenido cuando tenía 34 años de edad. Si llegara a cumplir la
condena de 58 años de edad, saldría de prisión a los 92 años de edad. En
prisión no ha tenido sino la visita de su madre, Maria Isabel Noguera, mientras
que sus hermanos aún tienen procesos en la Fiscalía porque, en su momento,
intentaron ayudarlo.
El 29 de junio de
2017, la Fiscalía General de la Nación acusó formalmente a los hermanos
Francisco y Catalina Uribe Noguera por los delitos de encubrimiento por
favorecimiento y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material
probatorio.
La acusación se
fundamentó en que habrían desplegado actos tendientes a colaborarle a su
hermano Rafael Uribe Noguera a eludir a las autoridades y a entorpecer los
actos de investigación que se adelantaban por el plagio de la niña Yuliana
Samboni. Además, en haber destruido información relevante para el caso,
concretamente registros de interacciones telefónicas y a través de WhatsApp,
que aquel habría sostenido al momento de los hechos en los que perdió la vida
la menor tras ser asesinada.
Los acusados no
comparecieron a la audiencia por motivos de seguridad, según manifestaron sus
abogados, quienes en desarrollo de la misma solicitaron nulidad de lo actuado,
petición que fue rechazada de plano por el juez de conocimiento. De otro lado,
la familia de la niña, según informó El Tiempo, vive en una vereda de Bolívar,
en el departamento del Cauca, y no ha aceptado remuneración económica por parte
de la familia Noguera. Allí viven humildemente y alejados de la pesadilla que
vivieron en Bogotá.
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