Después de varias
horas de investigación el padre del joven identificó el cuerpo de su hijo en la
Escuela de Policía General Santander.
La familia del cadete
trasladará el cuerpo de Diego Fernando a la ciudad de Tuluá para darle
cristiana sepultura.
El policía conformaba
el grupo de los 112 oficiales que adelantaban estudios en el lugar donde
ocurrió el atentado.
La joven víctima
gozaba del afecto, el aprecio y la admiración de sus compañeros del sector
donde residía y siempre tuvo la firme intención de seguir la institución
policial a la que quería, amaba y respetada.
Las autoridades
civiles y militares de Tuluá preparan un recibimiento una vez se anuncie la
llegada del cadáver, el cual será sepultado en el cementerio central de la
población.
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