“No quiero más guerra, por
favor”, fueron las súplicas entre lágrimas de Ana, una víctima de Casanare.
Otros líderes de la región se sumaron a su petición, solicitándole al gobierno
“pensar con cabeza fría” a la hora de decidir si continuar o no la negociación
con el grupo armado.
Mientras el
presidente Iván Duque se reúne con su equipo para definir si su gobierno
continuará o no dialogando con el Ejército de Liberación Nacional, tras la
confirmación su autoría intelectual en el reciente atentado contra la Escuela
de Cadetes de la Policía General Santander, que cobró la vida de 21 personas y
dejó más de 80 heridos, los líderes políticos y sociales de todas las regiones
del país comienzan a manifestarse.
En Casanare, durante
una gira de campaña de su partido, La U, el senador Roy Barreras registró una
serie de testimonios de dicho territorio que coinciden en el deseo de insistir
en la salida negociada del conflicto armado. “Aunque es muy doloroso lo que
pasó en Bogotá, sería más doloroso ver más muertes, más dificultades y guerras en
Colombia. Para los campesinos y campesinas eso sería mucho, mucho más
doloroso”, expresó el líder social Jairo Tapias, desde Yopal.
Por su parte, Danilo
Leal, también líder, le habló directamente al primer mandatario diciéndole: “En
su cabeza debe rondar una mente muy serena, porque lógicamente esto nos da
rabia, pero, más allá de estos actos, hay que tomar decisiones con la cabeza
fría. Si se ha hecho un esfuerzo de más de ocho años para adelantar estas
iniciativas de paz, lo mejor que se puede hacer es dejar que las aguas se
calmen, que la tranquilidad vuelva y que, posteriormente, con todos sus
asesores, se tome una decisión que le convenga al país”. “Yo creo que es la de
no continuar con la guerra”, declaró. “Esa no se va a acabar con más odio. Es hora
de buscar la paz”, concluyó Leal.
Lo mismo manifestó
Ana, una víctima del conflicto armado cuya voz alzó en nombre de sus hijos. “No
quiero que siga la guerra. Me erizo al escuchar que depronto se va a romper el
diálogo. Nosotros sentimos tanto la muerte de estas personas en el atentado,
pero no queremos que eso se convierta en un laberinto donde mañana nuestros
hijos tengan que sufrir otra vez otra guerra como la que sufrimos”, indicó
entre lágrimas durante el encuentro. “Mi hija quedó sorda a los dos años porque
una bomba cayó al pie de donde estábamos. Desde esa época, hasta hoy, no quiero
más guerra, por favor”, suplicó.
El senador Barreras,
que ha sido clave en el desarrollo proceso de negociación entre el gobierno y
la guerrilla como presidente de la Comisión de Paz del Senado, también se unió
al llamado. “Es necesario perseverar en la búsqueda de la paz, mantener la
calma y seguir adelante. Ahora soy consciente de que no tenemos derecho a
entregarle a nuestros nietos e hijos un país lleno de violencias, miedos y
atentados. Tenemos la obligación de entregarles un país mejor y es tanto lo que
falta por hacer”, aseveró.
En las próximas
horas, el jefe de Estado confirmará si se levanta o no de la mesa de diálogos,
estancada en La Habana desde el fin del mandato de Juan Manuel Santos. El Eln,
de ser considerado, no como una organización rebelde, sino como un grupo armado
organizado, tendría que acogerse a una nueva norma que permita su
desmovilización: la Ley de Sometimiento a la Justicia Ordinaria, que surgió a
partir de la supuesta intención del Clan del Golfo de renunciar a sus
actividades criminales, y, por lo tanto, no habría espacio para un acuerdo de
paz.
"El Eln no ha
hecho ninguna manifestación de su voluntad de paz y hoy, con estos hechos, el
gobierno sabe y entiende que el Eln no tiene voluntad de paz", insistió
Ceballos en la rueda de prensa de esta mañana.
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