Algunas familias
damnificadas permanecen instaladas desde el miércoles en un albergue.
Gobernación de Cundinamarca
Una remoción en masa
ocasionada por las fuertes lluvias en la vereda La Calaca, del municipio de
Caparrapí, Cundinamarca dejó como saldo 43 familias afectadas, 10 casas
declaradas en pérdida total y 28 viviendas más, con fallas estructurales,
también se reportan daños en las redes eléctricas y de acueducto.
El cuerpo de Bomberos
de Caparrapí, confirmo que no se presentaron personas lesionadas o víctimas
mortales. La Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de
Desastres, emitió una alerta que permitió la activación del Puesto de Mando Unificado
y la reubicación de casi 120 personas.
Algunas familias
damnificadas permanecen instaladas desde el miércoles en un albergue
provisional que suministró por el gobierno local, otras se hospedan donde vecinos o
familiares.
Según la Gobernación
de Cundinamarca, todo indica que el derrumbe se produjo por una falla geológica
generada hace más de diez años, sumada a las fuertes lluvias que se presentan
en la región.
Por su parte, Eduardo
Contreras, director encargado de la Uaegrd, manifestó que “Hemos garantizado la
entrega de ayuda humanitaria a las familias afectadas, geólogos y técnicos de
diferentes áreas están realizando el levantamiento de la información; así
podremos establecer los daños y las acciones a seguir, a través de la Cruz Roja,
las familias afectadas han recibido apoyo psicosocial y atención primaria en
salud”.
La Corporación
Autónoma Regional de Cundinamarca también trasladó personal técnico a la zona
donde se realizó el cierre preventivo de una mina de carbón que se encuentra en
ese sector con el fin de mitigar los posibles riesgos.
Un total de 150
funcionarios, entre integrantes del Consejo Municipal para la Gestión de
Riesgo, Bomberos, Defensa Civil de Cundinamarca, Ejército, Policía y la
Corporación Autónoma Regional (CAR), entre otras entidades departamentales y
locales, continúan atendiendo la emergencia.
Las Empresas Públicas
de Cundinamarca garantizan el suministro de agua potable con carrotanques,
mientras se evalúan los daños en el acueducto veredal. Según la Gobernación de
Cundinamarca, la inestabilidad del terreno aún representa un riesgo.
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