Las madres de Soacha
(Cundinamarca), cuyos hijos fueron víctimas de
los denominados "falsos positivos", hicieron un llamado a los
14 militares retirados que comparecen a la primera audiencia ante la
Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), para que confiesen los crímenes
cometidos en medio de este escándalo.
Estas familiares de
las víctimas, quienes adelantaron un plantón frente a la sede de la JEP,
coincidieron en señalar que una verdadera reparación para las victimas consiste
en que los militares procesados no oculten información y por el contrario
reconozcan su responsabilidad en los graves hechos cometidos.
Idali Garcerá, madre
de Diego Alberto Tamayo, indicó que " yo le hago un llamado a los
militares para que rogarles que digan la verdad y digan quienes los mandaron a
hacer lo que hicieron, que se sepa todo, porque llevamos diez años de lucha en
audiencias y no hemos visto que se haya hecho justicia".
A este llamado
exigiendo verdad y justicia también se sumó Rubiela Giraldo, mamá de Diego
Armando Marín, otro de los jóvenes víctimas de "falsos positivos" de
Soacha.
"A mi hijo me lo
sacaron de acá el 6 de febrero de 2008 y me lo mataron el 8 de febrero de 2008.
Lo que pido es que a estos militares los condenen porque nosotras hemos andado
con este viacrucis diez años y ellos están libres en la calle como si no
hubieran hecho nada", dijo.
Entre los primeros
uniformados citados ante ese tribunal especial aparecen un coronel, un capitán,
un sargento segundo y 11 soldados profesionales.
Por disposición de
los magistrados de la JEP, los familiares de las víctimas de estos casos fueron
ubicados en una sala alterna a la que fue designada para llevar a cabo la
audiencia con los militares.
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