Desde mayo inició el
arribo de las primeras ballenas jorobadas o yubartas al océano Pacífico
colombiano. Después de un recorrido de aproximadamente 8000 kilómetros desde su
hogar en la Antártica, ubicado en el hemisferio sur del planeta.
Así lo reportaron
algunos pescadores de la región, quienes avistaron a estos mamíferos acuáticos,
los cuales durante la denominada temporada de ballenas pueden llegar a reunirse
hasta 3000 ejemplares, entre los meses de julio y octubre.
Por esta razón, desde
los diferentes parques naturales de la zona, como son el Uramba de Bahía
Málaga, el Utría y el Gorgona, se preparan para recibir a miles de turistas nacionales
y extranjeros que planean conocer de cerca a estas ballenas y disfrutar de la
biodiversidad del Pacífico.
Para Ximena Zorrilla,
directora del Parque Natural Gorgona, “el ecoturismo con relación a la
observación de ballenas se convierte en una posibilidad de ingresos económicos
para la comunidad de la zona pacífica, debido al aumento de visitantes a estas
regiones”, sostiene.
El gran atractivo
para los turistas son los múltiples avistamientos de ballenas que se organizan
durante esta temporada. Un privilegio solo posible gracias a que las yubartas
llegan con el claro objetivo de cortejarse, aparearse y parir a sus ballenatos
en las cálidas aguas del océano Pacífico.
Al respecto, explica
Alan Giraldo, biólogo de la Universidad del Valle con doctorado en
Oceanografía, “ya que la temperatura del agua en el Pacífico es de 28 grados
centígrados conviene a los ballenatos, porque cuando nacen no tienen aún la
capa de grasa requerida para estar en las aguas antárticas donde la temperatura
puede ser de 4 grados centígrados. Asimismo, una vez paren, las hembras quedan
receptivas, por lo que los machos aprovechan este tiempo para realizar cortejos
y establecer procesos reproductivos”, afirma.
De este maravilloso
proceso natural los turistas solo pueden observar, si son afortunados, los
cortejos de varios machos a una hembra o incluso un apareamiento. Pero los
partos, que ocurren bajo el agua, quedan por fuera de la mirada del turista.
De hecho el Pacífico
colombiano “tiene zonas someras protegidas para parir en Isla Gorgona, Bahía
Málaga y Bahía Cupica, donde se les brinda refugio de depredadores que podrían
atacar a los ballenatos y condiciones adecuadas para que estos aprendan a
nadar”, asegura Giraldo.
Estos animales son
muy costeros lo que facilita su avistamiento sin ninguna amenaza para el
observador.
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