El Gobierno plantea
plan con instancias multilaterales como el FMI o la CAF. Esto, además, serviría
para mitigar los efectos negativos del alto flujo de ciudadanos del vecino
país. Así es la estrategia.
Cruzada colombiana
para buscar paliativos a la crisis venezolana
La cruzada para evitar que la crisis venezolana golpee con fuerza a
Colombia
Colombia está
seriamente preocupada por los efectos que tendrá sobre su territorio y tejido
social la dura crisis humanitaria que azota a Venezuela y que día a día genera
que cientos de habitantes del país vecino huyan hacia la frontera para buscar
oportunidades en suelo colombiano.
El tema es de tal
relevancia para la Casa de Nariño que ya se decidió ventilar el tema ante la
comunidad internacional y hasta comenzó a explorar posibilidades para gestionar
ayuda internacional con el fin de atender los efectos de una posible bomba
social que podría estallar en cualquier momento.
Y no es para menos.
De acuerdo con el más reciente informe de Migración Colombia, el país recibió
durante 2017 alrededor de 796.000 venezolanos, de los cuales más de 552.000 se
quedaron legalmente y casi 300.000 de ellos ilegalmente. Tan fuerte es es la
situación que en ciudades fronterizas como Cúcuta muchos de quienes llegan de
territorio vecino se ven obligados a dormir en la calle.
De hecho, la semana
pasada se registró un desalojo de un parque público que recibió el mote de
‘Hotel Caracas’, pues en sus inmediaciones -en el cucuteño barrio Sevilla-
llegaron a vivir hasta 500 personas que, por petición de los habitantes del
sector, fueron desalojadas.
Son este tipo de
situaciones las que hacen pensar al Gobierno de Juan Manuel Santos de que el
régimen de Nicolás Maduro tensionará tanto la crisis interna que afronta, con
tal de no verse abocado a abandonar el poder, que obligará a un desplazamiento
cada vez más masivo de su pueblo hacia Colombia. Y eso, por supuesto, obliga al
país a tomar las medidas necesarias para intentar atender lo que se viene.
Si bien la
Cancillería ya viene jugando un papel protagónico en el denominado Grupo de
Lima, que reúne a varios países de la región y que le pide a Caracas que acepte
la renovación de Miraflores de manera democrática y pacífica -la respuesta siempre
ha sido no-, Bogotá decidió ir más allá y acudir directamente a la comunidad
internacional, pero no solo para denunciar lo que pasa en territorio venezolano
sino para explorar la gestión de ayuda económica.
El presidente Santos,
durante su paso por Davos (Suiza) y Viena (Austria) -la semana anterior-, subió
aún más el tono contra el Gobierno de Caracas y en todas las intervenciones en
las que tocó el tema no dudó en calificarlo como una dictadura. De hecho, llamó
a no reconocer las elecciones presidenciales que se alistan para antes del 30
de abril y en las cuales Maduro busca reelegirse golpeando duramente a la
oposición.
"La decisión
reciente de convocar unas elecciones sin dar las garantías necesarias para que
sean consideradas transparentes, y así la oposición pueda participan con unas
reglas de juego aceptables, es una decisión que tiene que ser rechazada por la
comunidad internacional, como es rechazada por Colombia", dijo Santos
desde Austria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario